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He escuchado en varias ocasiones decir que la cultura no es negocio, que del arte no se puede vivir, que se montan espectáculos artísticos y es poca la gente que acude y pienso ¿realmente no es un negocio o es que no se ha sabido capitalizar como tal? ¿existirá la posibilidad de dar la vuelta a esta situación?

Es probable que un emprendimiento cultural o una representación artística puedan ser redituables, si se gestan con la planeación adecuada, pero ¿qué es la planeación adecuada? ¿para qué sirve? y sobre todo ¿cómo puedo yo hacer esa planeación, si soy artista, no negociante?

Cuando se escribe un libro, se realiza un montaje teatral, se prepara una exposición de pintura, etc., hay un camino a recorrer: primero existe una idea, después se hacen bosquejos, ensayos, trazos, se utilizan las herramientas y conocimiento con que el artista cuenta para desarrollar su proyecto, se destina un tiempo adecuado para su ejecución y se realiza un arduo trabajo para conseguir el resultado final, en algunas ocasiones es un trabajo colectivo y en otras individual, pero apoyado con profesionales de otras áreas para tener un resultado satisfactorio.

Lo mismo sucede para concretar un negocio exitoso o generar ventas de un espectáculo, no es una cuestión de azar, surge de una idea y una meta final, hay ciertos pasos que se deben seguir para lograr el resultado, es importante utilizar las herramientas correctas y se requiere involucrar una gran cantidad de trabajo, el cual no siempre lo puede hacer una sola persona, en ocasiones incluso se debe contar con ayuda de expertos.

Tener en mente el resultado al que se desea llegar arroja claridad sobre los distintos pasos que se deben seguir para lograrlo, sobre los diversos métodos o actores que pueden auxiliarnos en la ejecución, y sobre los recursos con los que se debe de contar.

Una herramienta que puede ayudar a realizar esta planeación cuando se comienza un negocio, es el modelo Canvas, es una herramienta que permite conocer los aspectos clave de un negocio y la forma en que se relacionan y compensan entre sí, consta de nueve categorías que representan los componentes básicos a considerar en una organización: propuesta de valor, segmentos de clientes, canales de distribución, relaciones con los clientes, flujo de ingresos, recursos clave, asociaciones clave, actividades clave y estructura de costos.

Este tipo de modelo permite tener una visión general de la idea de negocio sintetizada en una sola hoja, es un excelente punto de partida para generar nuevas oportunidades, así como para estructurar de forma más clara las actividades y estrategias a seguir, además es un modelo vivo, es decir, que se puede modificar con el transcurso del tiempo, a medida que cambien los clientes, canales, estrategias, etc.

En un emprendimiento o espectáculo cultural es de utilidad para definir cuál es el servicio o producto que se está ofertando, qué valor tiene sobre sus competidores, cuál es el segmento de mercado o público que puede interesarse en él, de qué forma se ganará dinero, qué canales y estrategias se deben de utilizar para realizar la venta y cuáles son los costos en los que se debe incurrir para llegar a la meta final.

Es el primer paso para convertir una idea o una obra de arte en un negocio, sin embargo, es sólo una de las muchas herramientas que pueden ayudar a conseguirlo, a lo largo de varios artículos mostraré distintas técnicas y medios que pueden ayudar a lograrlo, pero es un trabajo arduo, que requiere armarse con tiempo, paciencia, pasión y conocimiento, no hay fórmulas mágicas que consigan el éxito de inmediato, pero sí hay atajos que pueden ayudar a llegar más rápido a él.

Como parte de ese camino a recorrer en los siguientes artículos explicaré la forma de llenar el modelo Canvas, desarrollando cada una de las nueve categorías de las que consta, ¿el objetivo? cada uno planteará la finalidad específica de su negocio, pero el fin general de este y de varios tips que estaré compartiendo, es dar la vuelta a la idea de que la cultura no puede ser negocio y que no se puede vivir del arte.

Es cierto que el artista no está profesionalizado para realizar negocios, no tendría por qué estarlo, su formación y vocación principal es la creación, no la comercialización, sin embargo, en la práctica el artista se vuelve también gestor cultural, pues parece que se ha quedado solo, lejos de la mano de la gestión pública y empresarial, por lo cual le es importante conocer las bases que puedan ser un apoyo para volver al arte redituable.

Es un proceso largo, como lo es la ruta para crear una puesta en escena, montar una coreografía, pintar un mural, también requiere de entendimiento y desarrollo de varias actividades, que poco a poco ayudaré a descubrir y a conocer los detalles de su implementación.

El primer paso ya lo hemos dado, saber cuál es el modelo Canvas y para qué sirve, lo siguiente es familiarizarse con él y considerar qué información del emprendimiento cultural o del negocio artístico corresponde a cada una de las características, para comprender mejor cómo hacerlo te invito a que sigas los próximos artículos.

Ileana Escobedo 

Mercadóloga y admiradora de las artes, actualmente cursando la maestría en estudios humanísticos. Experta en marketing digital, campañas publicitarias, manejo de redes y desarrollo de nuevos productos, le gusta jugar en el teatro y experimentar con la literatura, viajera de libros, países y culturas. Correo: marescobere@gmail.com

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La Cultura Como Negocio

ILEANA ESCOBEDO